sábado, 1 de agosto de 2015

La moneda social: una gran iniciativa para defender lo que es nuestro

No es complicado advertir cuando se acerca una crisis nacional o incluso de nivel mundial: el gobierno comienza a recortar (u optimizar como dirían ellos), indicadores económicos y de empleo empiezan a disminuir, la confianza del consumidor desciende y como consecuencia el comercio y el consumo de casi todos los bienes y servicios se ve afectado gravemente.

Se confirma que hay una situación de plena crisis cuando la gran mayoría de la sociedad prefiere guardar el dinero, “ahorrar hasta que vengan tiempos mejores” dirían muchos, no obstante, está confirmado que la paralización o la disminución del consumo no favorece a ninguna crisis, al contrario, la intensifica. El hecho de que no circule dinero, de que no haya intercambios comerciales, lleva a muchas empresas y sociedades  (en su mayoría las más pequeñas y locales), a quebrar por falta de negocio, lo que a su vez acarrea un mayor número de desempleo.

No es que haya una fórmula mágica para evitar una crisis o salir de ella. Muchas veces es algo inevitable, causado por factores externos; por lo tanto, al igual que se han dado crisis anteriormente, se volverán a dar, pero sí que se pueden buscar alternativas, tratar de replantear el concepto de crisis y verlo como una oportunidad.  Justamente de este argumento tan positivo y alentador han surgido iniciativas muy potentes, entre ellas la creación de una moneda social.

Cuando se habla de moneda social, se habla de una moneda que puede ser alternativa o complementaria a la moneda de circulación oficial actual, en el caso de España: el Euro.
Por una parte, la moneda social alternativa es una moneda que surge en relación al concepto de trueque, es una moneda inventada, totalmente independiente al Euro o a cualquier otro sistema capitalista. Este tipo de “pago” constituye solo una forma de facilitar los intercambios de productos o servicios entre personas, un acuerdo totalmente social, que se utiliza especialmente para intercambios solidarios.

Por otra parte está la moneda social complementaria, cada vez más popular. Esta moneda por lo general sí está soportada por la moneda de curso legal por lo que da más seguridad a su portador y se utiliza como método complementario para la compra-venta de bienes o servicios.

EXpronceda, la primera moneda social de Extremadura
Ambas monedas surgen en territorios limitados, ya sea local, regional o comunitario, con el objetivo de promover el comercio en la misma localidad, región o comunidad. Se pueden crear en formato digital o de forma física y además permiten diversos métodos de pago: a través de Internet, vía telefónica…  El economista belga Bernard Lietaer, uno de los impulsores del sistema del Euro describe estas monedas sociales como: “Un acuerdo dentro de una comunidad de usar algo como medio de intercambio”.

En un principio podría parecer algo utópico, algo de lo que desconfiar, no obstante, estas monedas existen a nivel mundial. Donde más se han popularizado ha sido en Sudamérica y en Japón, no obstante solo en España se han registrado hasta 70 tipos de monedas sociales: en Sevilla, Almendralejo, Galicia, Cataluña… La verdad es que solo hace falta echar un vistazo en Internet a este concepto para entender todo sobre él y para conocer todas las iniciativas que se están llevando a cabo.

Realmente lo más importante de esta iniciativa es la capacidad para fomentar la economía local y mejorar las relaciones sociales a la vez que se crea un sentimiento de colaboración y de participación entre los ciudadanos de un lugar. Un lugar que puede ser nuestra misma ciudad. Aunque haya dificultades como la de encontrar comercios que se adhieran, está claro que si se favorece el uso de esta moneda y se transmiten bien sus beneficios, la acción de implantación puede ser una medida muy favorecedora, especialmente para los comercios más pequeños, los más locales, que no dejan de ser los que más cercanía y calidad aportan. Aquellos que son más delicados ante situaciones de crisis pero también los más necesarios o valiosos para preservar la maravillosa personalidad y riqueza de nuestra localidad.


Hablamos de favorecer una de las actividades más importantes y que más vida aportan a una ciudad: el comercio y hablamos de beneficiar y priorizar las pequeñas panaderías, la carnicería de nuestros familiares, la joyería de al lado de nuestra casa, la tienda de ropa donde vende nuestra modista, el bar de todos los domingos, el taller de nuestro mejor amigo… Todo ello con una moneda única, de un valor exclusivo, no solo económico sino también social. Hablamos de defender historia y cultura. Hablamos de apreciar lo que vale más, que es lo que hemos creado nosotros. Hablamos de defender lo que es nuestro.

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