miércoles, 26 de septiembre de 2012

Marketing militar con objeto de atraer a adolescentes a las Fuerzas Armadas.


El marketing se utiliza con muchas finalidades: informar, vender, concienciar… son tantas las opciones como las compañías u organizaciones que necesitan de esta herramienta.

Al contrario de lo que muchos piensan, el marketing no es solo cuestión de empresas comerciales, también los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales e incluso personas requieren de su uso para sacar adelante proyectos e ideas.

Un caso muy especial es el del ministerio de defensa, en cuyo caso el marketing consiste principalmente en atraer y reclutar a nuevos militares. Seguro que todos os acordáis del cartel del Tío Sam, en el que se incitaba a los estadounidenses a unirse al ejército, pues bien, eso era una campaña de marketing.

Otra campaña que como esta, tampoco será fácilmente olvidada, es la que se ha llevado a cabo en Alemania, aunque en este caso será recordada más bien debido a la incorrecta vía de comunicación que ha escogido el ejercito para presentar su anuncio.

Os estaréis preguntando en que medio se han anunciado, pues bien, ni más ni menos que en la página Web de la revista Bravo; una revista que yo compraba cuando tenía 13 o 14 años y que está claramente destinada a un público de esa misma edad.

Aparte de la vía de comunicación, también ha sido incorrecta la forma de publicitarse pues resultaba en mi opinión demasiado atractiva y un tanto engañosa: bajo la pregunta “¿Prefieres la montaña o la playa?” se mostraban imágenes de jóvenes disfrutando y se vendían como “campamentos de aventuras”, “viajes en aviones militares a Cerdeña” o “batallas de agua y rappel en acantilados vertiginosamente altos”.

¿A qué padres le gustaría que su hija o hijo de 14 años les llegara con la revista en la mano o el ordenador y el sitio Web en primera plana pidiéndoles por favor que le dejasen alistarse?
Yo respeto el servicio que realizan las Fuerzas Armadas, genera seguridad, confianza y trabajan muy duro por el país, hasta el punto de arriesgar sus vidas, pero creo que el público que lee esta revista no es aún suficientemente maduro y muchas veces los chicos de estas edades son fáciles de convencer, especialmente en cuestiones de consumo y todavía más, si se lo pintan todo bonito, como un mundo de aventuras.

La campaña ha sido como os imaginaréis, totalmente criticada, no solo por usuarios y padres, también por ONG’s como Terres de Hommes que ha hecho una declaración con la que estoy totalmente de acuerdo: “No estamos diciendo que las fuerzas armadas no puedan anunciarse, pero deberían excluir a los niños de su público objetivo”.

Parece ser que esta publicidad tan a la desesperada se ha realizado a causa de necesidad pues el servicio militar obligatorio fue eliminado el año pasado y ahora buscan a voluntarios que se unan por cualquier medio, incluso si éste no es el más correcto.

Claro, que culpa tiene también la revista, por permitir que este anuncio esté presente en su contenido, por el cual ha sido igualmente criticada. Ambas partes deberían tener más cuidado la próxima vez, pues en este caso la polémica no vende sino más bien, les causa una muy mala imagen a los partícipes.

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