Bezoya y su botella de agua gigante tratan de conseguir agua limpia para Filipinas.

No hace falta mencionar la importancia que tiene el agua en nuestras vidas. Este recurso natural es imprescindible en todos los aspectos pero por desgracia, no abunda en todas partes y hay lugares en los que la gente tiene que vivir con una cantidad de agua limitada o disponer tan solo de agua sucia o contaminada.


Bezoya la marca de agua mineral propiedad del grupo Pascual es conocedora del problema que supone consumir agua no potable, agua completamente contaminada capaz de terminar con la vida de personas y lo sabe porque este es un problema muy actual en países como por ejemplo las Filipinas.


Un filipino ha reflejado esta realidad en un testimonio en el que mencionaba como en pocos meses morían bastantes personas (la mayoría niños) debido a este problema: “El agua y la limpieza son dos graves problemas de nuestra aldea…” sin embargo, hay organizaciones que ya se han puesto manos a las obras para tratar de acabar con este problema.


Bezoya es una de las empresas que en colaboración con la ONG Acción Contra el Hambre ha tratado de colaborar con la situación a la que se enfrentan los habitantes de Filipinas, a través una campaña solidaria de street marketing.


Bajo el principio del optimismo y el lema "Quédate con lo bueno", Bezoya instaló una botella de más de 6 metros en la plaza de Callao y trató de animar a todos los usuarios de Twitter a cooperar con esta acción solidaria de una forma muy curiosa y virtual.


Con cada tweet positivo seguido del hashtag #quedateconlobueno y como guiño al optimismo, el agua de una botella virtual crecía y con cada tweet negativo bajo el hashtag #laleydemurphy, el agua de la misma botella disminuía.


La marca pedía 4.000 mensajes de ánimo para lograr el objetivo de construir dos pozos de agua en este país que tanto lo necesita, lo ha conseguido y ahora mismo hay 4347 PosiTweets que se pueden ver en la siguiente página Web: www.bezoya.es/quedateconlobueno.


En las instalaciones colocadas en la plaza madrileña se explicaba todo el proceso y se podía ver como la botella gigante se llenaba, pero no solo se conformaron con mostrar a todos los que pasaban por allí la acción llevada a cabo sino que también se repartieron botellas de agua para calmar este calor tan sofocante.